Inviernos más cortos y cálidos podrían aumentar las zonas de hibernación de murciélagos en Europa
Un equipo de investigadores ha analizado cómo afecta la temperatura al consumo energético del murciélago nóctulo común y ha creado un modelo para predecir en qué latitudes geográficas sobreviven a la hibernación y cómo podrían cambiar sus zonas de hibernación a lo largo del tiempo.
El estudio traza con precisión el cambio de las zonas de hibernación en los últimos 50 años y predice una nueva expansión hacia el noreste de hasta el 14% del área de distribución actual para 2100, debido a inviernos más cortos y cálidos en Europa.
La temperatura ambiente influye mucho en la fisiología y el comportamiento de muchas especies de animales salvajes. Cuando dependen de temperaturas bajas para una hibernación eficaz, el calentamiento global podría afectar a su supervivencia.
El nuevo estudio ha sido realizado en el Instituto Leibniz para la Investigación de Animales Salvajes y Zoológicos (Leibniz-IZW) por un equipo científico de los Departamentos de Ecología Evolutiva y Genética Evolutiva.
La autora principal, la Dra. Kseniia Kravchenko, es ahora investigadora de posdoctorado en la Universidad de Luxemburgo, y la autora sénior, la Dra. Shannon Currie, es profesora en la Universidad de Melbourne. El trabajo se ha publicado en la revista científica «Ecology Letters».
El consumo de energía de los animales salvajes está estrechamente ligado a la temperatura ambiente. Cuando las condiciones se vuelven desfavorables, muchos mamíferos, como los murciélagos, pueden hibernar para conservar energía.

Leibniz-IZW/Dmytro Zubkov
«Los modelos biofísicos no suelen tener en cuenta a los animales hibernadores porque durante la hibernación alternan entre dos estados fisiológicos, lo que dificulta su modelización», explica Shannon Currie. «Por eso aún no está claro cómo afectará el cambio climático a estas especies».
Para investigar el posible efecto del cambio climático en este importante mecanismo evolutivo, Kseniia Kravchenko y sus colegas realizaron dos experimentos: «Investigamos cuánto tiempo pasaban en torpor -el estado fisiológico en que se encuentran los animales durante la hibernación- los nóctulos comunes, que pesan unos 30 gramos, a distintas temperaturas ambiente.
Para determinar el torpor, medimos la temperatura cutánea, ya que los animales bajan su temperatura corporal para ahorrar energía», explica Kravchenko. En un segundo experimento, los investigadores midieron la producción de CO2 como indicador del consumo de energía de los murciélagos a distintas temperaturas ambiente.
Los modelos trazan con precisión los cambios históricos de las zonas de hibernación
El equipo combinó los resultados de los experimentos con las previsiones del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam sobre las temperaturas diarias en distintos escenarios de cambio climático. Esto les permitió calcular el presupuesto energético necesario para sobrevivir al invierno en más de 12.000 emplazamientos de toda Europa.
Compararon los presupuestos energéticos basados en datos históricos (1901-2019) y proyecciones para el futuro (2019-2100) en cuatro escenarios diferentes de cambio climático. «Nuestros cálculos para los datos de temperatura actuales dieron como resultado un área de invernación que se aproxima mucho a la distribución espacial real de estas zonas.
Esto nos tranquilizó porque nuestra modelización resultó muy precisa, basada únicamente en la temperatura ambiente y en parámetros fisiológicos. También nos sentimos satisfechos porque, después de todo el trabajo experimental y el esfuerzo de programación, demostró que nuestro enfoque realmente funciona», afirma el Dr. Alexandre Courtiol, científico y experto en elaboración de modelos del Leibniz-IZW.
« Nuevos cálculos revelaron que la zona de hibernación se desplazó hacia el noreste de Europa entre 1901 y 2018, aumentando un 6,3% de su tamaño original».
Se prevé que las zonas de invernada se desplacen y amplíen aún más hacia el norte y el este
La introducción en el modelo de varias proyecciones de futuros escenarios climáticos muestra que tanto los límites meridionales como septentrionales de la zona de invernada potencial podrían desplazarse más hacia el norte, el límite meridional incluso más que el septentrional. Desde 1901, las zonas idóneas para la invernada ya se han desplazado 260 kilómetros hacia el norte.
«El actual desplazamiento hacia el noreste seguirá siendo de unos 80 kilómetros de media en los modelos, lo que significa que el área potencial de invernada aumentará entre un 5,8% y un 14,2% entre 2019 y 2099, dependiendo del escenario de cambio climático», afirman los investigadores.
En el escenario de cambio climático de mayor alcance -en el que se prevé un aumento de las emisiones, un incremento de las temperaturas invernales de 2,35 °C y una reducción del periodo medio de hibernación en 41 días-, este desplazamiento hacia el norte será probablemente de unos 730 km, por lo que se prevé un desplazamiento total de unos 990 km hacia el norte en un plazo de 200 años.
Como han revelado estudios anteriores de Kravchenko y sus colegas, los nóctulos comunes son capaces de trasladar su área de distribución varios cientos de kilómetros en unas pocas décadas. Por tanto, es posible que, a medida que sigan aumentando las temperaturas, esta especie se adapte a los cambios en su zona potencial de hibernación en Europa y la amplíe de forma continuada hacia el noreste.
Esto podría ocasionar problemas si otros factores necesarios para la hibernación, como la existencia de hibernáculos adecuados y la disponibilidad de alimento antes de la llegada del invierno, no se dan en las nuevas zonas con temperaturas adecuadas.
El equipo científico descubrió que el nicho de hibernación del nóctulo común puede describirse con precisión mediante dos simples parámetros estadísticos: la temperatura ambiente media diaria durante el periodo de hibernación y la duración de la hibernación.
«Esto significa que podríamos cartografiar potencialmente los hibernáculos adecuados de otras especies utilizando los mismos parámetros.
No obstante, debemos investigar y vigilar más de cerca los efectos del cambio climático en la fisiología de los animales salvajes. No debemos olvidar que los factores ambientales para el éxito de la hibernación y, en última instancia, la supervivencia de las especies son más diversos y complejos que la mera temperatura ambiente», resume el Prof. Dr. Christian Voigt, jefe del Departamento de Ecología Evolutiva del Leibniz-IZW.
Esta investigación ecofisiológica es de crucial importancia para adoptar medidas de conservación de la naturaleza y de protección de los animales salvajes en épocas de cambio ambiental».
Publicación
Kravchenko K, Voigt CC, Volkholz J, Courtiol A, Currie SE (2025): Shorter and warmer winters expand the hibernation area of bats in Europe . Ecology Letters 28/5, e70119. DOI: 10.1111/ele.70119
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